Al implantarse la Iglesia durante los primeros siglos en el imperio romano, apareció una Europa cristiana en su pensamiento, instituciones y cultura. Efectivamente, la ideología constantiniana del siglo IV fue uno de los pilares de la naciente Europa, en la que se impuso la Iglesia como centro de la vida pública, al paso que se introdujo el Estado en los asuntos eclesiales. El hecho es que surgió una "res publica christiana", donde el cristianismo y la cultura se entrelazaron íntimamente, cimentando el "régimen de cristiandad". Otros analistas e historiadores señalan que el influjo religioso en la formación de Europa se hizo a través de la asimilación de la ética del decálogo, la aceptación religiosa del monoteísmo, la referencia a valores neotestamentarios y el aporte de las creaciones artísticas, ligadas a iglesias y universidades.
Las tres fuentes de la cultura europea han sido la concepción filosófica y jurídica greco-romana, el patrimonio religioso judío y el legado del cristianismo, centrado en el Nuevo Testamento y en la figura de Jesús de Nazaret. Europa es, pues, el resultado de la fusión de tres cosmovisiones, procedentes de tres centros culturales: Jerusalén, Atenas y Roma. Jerusalén representa el "monoteísmo", que incluye la Biblia judía, la fuerza de la palabra, el profetismo y la narración, lo festivo y lo ritual. Atenas aporta el "logos" griego, que da origen a lo racional-universal, crea las ciencias especulativas y positivas y promueve la filosofía, el humanismo, la escultura y la arquitectura. Roma simboliza el "derecho" de la persona, la épica conquistadora y la organización política, junto al papado, centro religioso de la cristiandad.
Casiano Floristán es catedrático emérito de Teología Pastoral
Reto 3. La cristianización de Europa
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A su regreso de la Galia, Constantino, hijo de Constancio Cloro, es víctima de las arteras maniobras de Majencio, hermano de Fausta, la prometida de Constantino, Majencio desea eliminarlo para convertirse en Emperador de Roma, pero la conspiración fracasa y Constantino se salva gracias a la ayuda de algunos cristianos. Tras ser nombrado Augusto de la Galia, se casa con Fausta. En las proximidades del puente Milvio, Constantino derrota a las tropas de Majencio. La noche anterior, había visto la cruz de Cristo que le anunciaba la victoria ("Con este signo vencerás")
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